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Obras emblemáticas

Torres Petronas

Las torres Petronas, en Kuala Lumpur, capital de Malasia, fueron los edificios más altos del mundo entre 1998 y 2003, superados el 17 de octubre de 2003 por el edificio Taipei 101 en Taiwán. Estas torres cuentan con una altura de 452 metros. Las torres con 88 pisos de hormigón armado y una fachada hecha de acero y vidrio, se han convertido en el símbolo de Kuala Lumpur y Malasia.

Fueron diseñadas por el arquitecto argentino César Pelli y terminadas en 1998. Con 88 pisos, una superficie total de 350.000 m², 78 ascensores y 32.000 ventanas, sus estructuras son mayoritariamente de hormigón, evocan motivos tradicionales del arte islámico. Pelli utilizó un diseño geométrico islámico en su planta al entrelazar dos cuadrados, de tamaño gradualmente decreciente en la parte superior, está basada en un motivo muy tradicional en la cultura islámica, una estrella de 12 picos incluyendo un círculo en cada intersección. La construcción de las torres comenzó en 1994.
La estructura básica se tomó de un proyecto no realizado para una torre en Chicago.

Las torres descansan sobre una losa de hormigón, que a su vez está situada sobre un “bosque” subterraneo de pilares de hormigón y acero. La estructura se basa en un núcleo y pilares de hormigón. La estructura metálica fué desechada debido a la poca disposición de los constructores malayos a trabajar con estructura de acero, así como a la necesidad de minimizar vibraciones en las partes superiores de las torres.

La construcción de las torres se desarrolló de manera relativamente rápida, gracias en parte a la decisión de los promotores de otorgar los contratos de construcción de cada una de las torres a diferentes compañías, las cuales desarrollaron una gran competitividad para terminar su respectiva torre.

Uno de los elementos mas significativos y a la vez problemáticos en la construcción fué el puente que une ambas torres a la altura de la planta 44. Dicho puente consta de 2 alturas y permite la distribución del tránsito entre los diferentes equipamientos (despachos, salas de reuniones, comedores, etc…), así como una via alternativa de escape en caso de incendio en alguna de las torres.

El diseño estructural del puente tenía la dificultad de tener que acomodar la posible diferencia de movimientos y asentamientos entre una y otra torre. Esta dificultad fué solucionada uniendo el puente a cada torre mediante tres apoyos dispuestos en forma de V invertida, que permiten que el puente se mantenga equidistante a las dos torres en cualquier caso.

Dicho puente además de su funcionalidad, tiene la misión de crear un espacio entre las torres que simboliza una puerta hacia el infinito del cielo.